Gracias maestros

6 de julio, 2020

Por Hugo Díaz

Como todos los años, el 6 de julio celebramos el Día del Maestro. Quién no recuerda aquellos que nos ayudaron a armar nuestros proyectos de vida, a ser buenos individuos, miembros de familia y de una comunidad. Un buen maestro trasmite conocimientos, pero además, y muy importante, nos ayuda a formar nuestra personalidad a lo largo de todas nuestras vidas, el sentido humano de la misma, nuestras actitudes y valores.

Ahora que enfrentamos probablemente una de las mayores crisis de nuestra historia, con la emergencia sanitaria originada por el COVID-19, hemos visto surgir miles de iniciativas que son la fiel demostración del compromiso y deseo de continuar cumpliendo su trascendental rol, aún haciendo frente a circunstancias difíciles como son la heterogeneidad de condiciones de aprendizaje de sus estudiantes, las limitaciones de medios para comunicarse con ellos, la inexperiencia de ejecutar procesos de aprendizaje en las casas y no en el aula. Podemos seguir mencionando otras limitaciones.

No obstante, en esta fecha lo más importante es destacar lo valioso de su creatividad e iniciativa. Se sobrepusieron a las adversidades y sacaron a relucir mucho de su talento para no permitir que sus estudiantes pierdan el año escolar. La radio y la televisión nos han mostrado muchos ejemplos de ello. Son esfuerzos en los planos de las metodologías, las relaciones entre actores de la comunidad educativa y el enfrentamiento de muy variadas situaciones que no deberían ser desaprovechadas en lo que estamos llamando el retorno a la nueva normalidad y a una escuela que no será la misma que en el pasado reciente.

De la dureza de la crisis sanitaria será importante sacar lecciones. Quizá la principal es que Estado y Sociedad tenemos que confiar más en nuestros maestros. No existe país que haya logrado liderazgo en educación sin haber reconocido y valorado su función. Tenemos que creer más en su profesionalismo y en su capacidad de resolver los problemas particulares que cada uno enfrenta con sus alumnos. Es algo que parece tener mucha lógica; no obstante, ya son varias las décadas en las que se reclama, sin mucho éxito, que la administración educativa les dé más autonomía, con menos normas y demandas de información, muchas veces, poco explicables.

En segundo lugar, debemos procurarles unas condiciones mínimas de trabajo. Lo económico es importante, pero muchos docentes están convencidos de que existen otros factores que les ayudarían a cumplir mejor su misión. Por ejemplo, señalan que una capacitación y acompañamiento más cercanos a sus necesidades, una mejor atención cuando van a las oficinas administrativas a realizar algún trámite, el reconocimiento no necesariamente monetario por los trabajos excepcionales que puedan hacer, son medidas que no costarían más de lo que ahora se invierte, pero que influirían en elevar su motivación y autoestima.

Maestro que deja huella quiere estar presente en esa celebración y en reclamos como los descritos, los maestros se lo merecen. Muchas felicidades en su día.

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