Maestros y huellas

Por Roberto Lerner

Un año más. Esta vez no solo maestros, también directores. De esos que dejaron y dejan huella, lo que, en nuestro país da sentido a “en contra de las probabilidades”. Porque en lugares alejados, comunidades desconectadas, bolsones de carencia dentro de las ciudades, docentes y directores doblegan la realidad y crean lo que debería existir pero no llega, gestionan, producen, conectan: periodismo escolar, atención especial, mundos virtuales, software, emprendimientos agroindustriales, edición de leyendas, conciencia ecológica.

Interbank ha abierto un espacio al reconocimiento de lo que deja huella en la comunidad educativa. De los miles de candidatos de todo el Perú —tienen para presentar sus propuestas entre el 24 de febrero al 31 de mayo—, los maestros y directores finalistas llegarán durante la primera quincena de julio a la capital, siempre lejana y a veces insensible, para exponer sus experiencias. Y aunque el encuentro estará marcado por la competencia, no olvidarán que son más parecidos que diferentes, el sentimiento de que todos han ganado y que quien recibe el premio mayor no quita al resto nada, la reparadora vivencia de alegrarse con el triunfo ajeno.

Y para quienes debemos evaluar siempre salimos llenos de admiración por la pasión que palpita en todo buen maestro, emoción frente a relatos de coraje, orgullo frente a la creatividad y potencial de los peruanos sencillos. Y también algo de rabia.

Rabia ante tanta energía invertida en que haya lo que debería ser parte del paisaje natural, en inventar lo que ya existe y podría ser obtenido con facilidad, en contrarrestar la inercia burocrática, ante medallas y primeros puestos en cualquier lugar menos en el país donde nacieron y en el que trabajan.

Pero, bueno, es lo que hay y, a pesar de todo, es mucho. Un esfuerzo de la empresa privada para poner de relieve a esos maestros que dejan huella porque quieren devolver la que dejaron en ellos algunos de quienes les enseñaron cuando alumnos.